miércoles, 2 de mayo de 2007

"Llamame, estoy en clase"

Dos chicas de la secundaria están en la escuela con sus celulares. La foto corresponde al diario La Nación
A la hora de decidir qué hacer con los celulares dentro de la escuela, los directivos de los establecimientos educacionales de buena parte del país, inclusive de Villa María, han resuelto poner ciertas limitaciones. Una actitud que, con distintos matices, en algunos casos dio resultados y en otros no logró modificar la realidad. En muchos colegios argentinos la mayoría de los estudiantes no se separa de sus teléfonos móviles. Con el poder de la publicidad de crear la necesidad de cada nuevo producto que ofrecen, las empresas de telefonía lograron que los celulares se convirtieran en una herramienta indispensable para la vida de muchos, incluso para los adolescentes. Por el momento, cada establecimiento educacional maneja la situación internamente y según sus normas de convivencia, pero en algunas provincias ya se han establecido ciertas reglas por parte de los funcionarios de los ministerios de Educación. En muchas instituciones, los alumnos pueden llevar el aparato, pero las preceptoras son las encargadas de guardárselos hasta que salgan de la escuela. “Un chico no necesita un celular en la escuela. Atenta contra la finalidad pedagógica: los distrae en clases, en las evaluaciones lo usan para enviar machetes con los mensajes de texto”, sostuvo hace un par de días un profesor. En una escuela mendocina, un cartel ubicado en los pasillos dice: “No se pueden usar celulares adentro de la escuela y se pueden activar en el recreo, pero en clase no porque juegan y no prestan atención”. En la mayoría de los casos se busca apelar al criterio del alumno y si el estudiante no respeta lo pautado, se toman otras decisiones más severas. En varios colegios argentinos los padres de los chicos tuvieron que firmar un comunicado con las reglas generales del año, entre las que se encontraban la de la limitación del uso de los teléfonos móviles en clase. Los docentes aseguran que los alumnos han comprendido el porqué de la decisión de no dejarles usar celular. “Tal vez los celulares no deberían prohibirse en la escuela siempre y cuando los alumnos no los pueden tener prendidos en clase . Muchos alumnos lo han respetado y de pronto nos ha costado un poco más con los docentes, porque la norma rige también para ellos”, comentó la directora de un establecimiento cordobés. La limitación del uso de teléfonos celulares dentro del colegio debió ser tomada porque a los alumnos los distrae notablemente y además porque pueden pasarse hasta exámenes completos por mensajes de texto. Un legislador propuso que se restringiera el uso del celular en horario escolar y en casi dos mil escuelas argentinas ya se incluyen en los códigos de convivencia interna proyectos al respecto, elaborados entre padres, alumnos y docentes. El resultado de esta medida se podrá observar a mediano plazo porque indudablemente hay que generar hábitos. El consejo de los padres pasa a ser también un elemento importante para evitar que directamente el chico no salga de casa para ir a la escuela con el celular. Los chicos que usan celulares en la escuela indudablemente se distraen y distraen al resto. Juegan en clase, se mandan mensajes de texto, sacan fotos a otros compañeros y no prestan atención. Es la moda del año, que se hizo mucho más fuerte que en 2004, cuando ya comenzaron los problemas, y las escuelas de Villa María, obviamente, no son la excepción. Un artículo reciente del diario La Nación explica que el uso de celulares es “una tendencia creciente que renueva la rutina en las escuelas, tanto en ámbitos privados como estatales. Se trata de una modalidad extendida principalmente entre los chicos y chicas de entre 13 y 15 años, que emplean los teléfonos que sus padres les entregan por razones de seguridad y para enviarse mensajes en caso de ser necesario. Los colegios intentan limitar su uso y la mayoría de los chicos dicen que en las aulas los apagan”. Lo cierto es que la polémica queda abierta. Las autoridades educacionales están cada vez más preocupadas por el auge del uso de los celulares en las escuelas y los propios chicos exponen también sus razones. El año pasado, dos de cada 20 alumnos llevaban el celular a la escuela. Este año se calcula que de un curso compuesto por 40 alumnos, al menos 20 concurren con sus teléfonos. El celular es un elemento importantísimo para la vida de las personas y para las comunicaciones permanentes, en especial entre padres e hijos. Pero no debe degenerarse su instrumentación y al parecer eso es lo que está ocurriendo. Las escuelas deben seguir siendo ajenas al avance de la tecnología, cuando se usa con fines ajenos a la concepción de la educación.
Publicado por: Camila Orieta

1 comentario:

Séptimo 2007 Colegio San Antonio dijo...

hola si. miren yo no se que es lo que publican pero yo no entiendo nada una preginta cuantos dueños tiene este blog.?
no entiendo por que dice:-publicado por:martina bansard o que se o---- otro que dice por:guido... que se yo ahora dice publicado por:camila roeta.. miren yono se quienes son ustedexs pero que se yo si son del colegio san antonio estan re desorganizados que se yo