miércoles, 2 de mayo de 2007

Entre la demonización y la idealización de la tecnología

La actualidad nos trae nuevamente a la discusión de las nuevas tecnologías y su inclusión en la escuela. Los celulares, en este caso, pueden representar el demonio a vencer o la estrategia aplicable a cualquier situación. Como herramienta de comunicación ha excedido los límites de pensamiento acerca de sus posibilidades de uso. El acceso a ellos por parte de cualquier persona, también. Pero ¿qué hacemos con ellos en el aula?El debate acerca de la inclusión digital gira hoy entorno a un tema polémico: el uso de celulares por parte de los niños en la escuela. Sin duda, encontramos posiciones totalmente opuestas. Algunas a favor de su uso, otras en contra y están aquellos que se encuentran a mitad de camino. La masificación en el uso de celulares ya no se ve solo en los adultos, que, en sus largas jornadas laborales necesita comunicarse con sus hogares o compañeros de trabajo; sino que también el uso de la telefonía móvil se ha extendido a los chicos de las edades mas variadas. Que los celulares ocupan una parte importante de la vida cotidiana de esos niños o adolescentes no hay que discutirlo, menos considerando que han crecido en un mundo informatizado y que, por lo tanto, el manejo adecuado del teléfono resulta una simplicidad.Generalmente, encontramos que las personas que lo utilizan como una herramienta de comunicación en casos de urgencia critican su uso excesivo (el uso de los juegos o el envío de mensajes, por ejemplo), ya que adjudican al mismo un estado de incomunicación con el resto del mundo. Como si los celulares hipnotizaran a las personas que se encuentran detrás. Lo cierto es que existen, que son muy útiles y que se expanden cada vez mas. Ya muchas veces se ha escuchado que el problema no radica en la tecnología en sí misma, sino en el uso que se le dé. Lo mismo ocurre con la escuela. La evolución de la tecnología siempre planteó debates en esta institución, en los docentes y en la sociedad misma cuando a educación se refiere. Pero hoy nos encontramos con que el pizarrón y la tiza siguen teniendo uso, también el papel y la lapicera, y la computadora se utiliza en los mejores casos. ¿Por qué los celulares tendrían que ser excluidos?. Si nos referimos a una escuela en la que poder adquisitivo de su población permite su inclusión, por qué no hacerlo.

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